Por Joaquín Cámara
Introducción
Cada vez que dormimos experimentamos dos situaciones diferentes que se producen de manera simultánea. Por un lado, nuestro cuerpo físico se repone del esfuerzo diario mientras el cerebro asimila y estructura la información que ha ido recogiendo a lo largo de los días. Y por otro lado, nuestra consciencia abandona ese cuerpo físico y comienza su viaje por otros lugares.
Estas vivencias fuera del cuerpo las tenemos todos los seres humanos a diario, ya que se producen de un modo completamente natural que no requiere esfuerzo, entrenamiento ni conocimientos especiales.
En esta serie de artículos hablaremos en profundidad de las diferentes experiencias que solemos tener mientras dormimos, como por ejemplo conectar con nuestros seres queridos fallecidos en la Tierra, ayudar a quienes han desencarnado, recibir orientación de nuestros Guías o incluso ir a lugares de sanación.
Cuerpos y planos de existencia
Para entender un poco mejor el viaje que hacemos mientras dormimos, es fundamental que hablemos brevemente de los diferentes cuerpos que tenemos y los planos de existencia que nos rodean.
Cada uno de nosotros tenemos siete cuerpos. Estos cuerpos son los vehículos que nos sirven para movernos en los siete planos o lugares de existencia que nos rodean. De esos siete, nos centraremos en los tres primeros: el cuerpo físico, que nos sirve para habitar este plano físico, el cuerpo astral con el que accedemos al plano astral y el cuerpo mental con el habitamos en el mundo espiritual o plano mental.
Estos cuerpos los estamos habitando a la vez, del mismo modo que estamos en todos los planos de existencia de manera simultánea. Es decir, en este momento tú tienes todos esos cuerpos y estás en todos esos planos, pero solo estás pudiendo percibir tu cuerpo físico y el mundo físico, ya que tu consciencia está especialmente activa en los físicos.
Sin embargo, cuando dormimos nuestra consciencia física se desactiva y eso hace posible que vayamos al siguiente plano de consciencia, el astral, o incluso a otro más elevado como el mundo espiritual. Estos viajes son similares a los que tenemos cuando hacemos meditación o realizamos alguna técnica de hipnosis espiritual como Darshanum, donde de un modo consciente llevamos nuestra consciencia de un lugar a otro. Precisamente, utilizaré algunas de las experiencias que mis pacientes han tenido a través de esta técnica para que podamos conocer con la mayor claridad posible lo que nos sucede al dormir.
El reencuentro con nuestros seres queridos
Como acabamos de ver, al dormir llevamos nuestra consciencia en primer lugar al cuerpo astral y, por tanto, al plano astral. En ese lugar es donde nuestros seres queridos que han fallecido en la Tierra pueden comunicarse con nosotros casi sin dificultad. Si desencarnaron hace relativamente poco tiempo, ellos aún se encuentran ahí; si fue hace años, es probable que ya estén en el mundo espiritual, pero desde ese plano más elevado no suelen tener dificultad para bajar al astral y encontrarse con nosotros.
Lucía había perdido a su marido dos años atrás. Desde entonces, había soñado con el él en una ocasión, pero no tenía la certeza de si se trató de un sueño de su propia mente o de un contacto real. Vino a realizar una sesión de Darshanum con la intención de saber si su esposo seguía cerca de ella y si fue real ese sueño que tuvo con él. En este fragmento de su sesión, podemos ver cómo llega a un escenario del plano astral desde donde su esposo le explica de un modo muy claro estas experiencias:
- [Joaquín]: ¿Dónde te encuentras ahora?
- [Lucía]: He llegado a una especie de pradera muy grande. Está todo verde y hay mucha luz por todas partes…
- ¿Cómo te sientes en ese lugar?
- Estoy bien, siento mucha calma en este sitio. Me apetece pasear por aquí.
- Muy bien, pasea y dirígete hacia el lugar que más llame tu atención.
- He llegado a un árbol muy grande y me he sentado debajo de él. Estoy mirando esta pradera… al fondo se ve un acantilado con el mar…
- ¿Sientes que estás sola en ese lugar?
- No… desde que he llegado siento que hay algo que me acompaña, noto como una energía en mi lado izquierdo, una presencia…
- Gírate y mira hacia ese lado, ¿qué hay ahí?
- Hay una silueta muy alta, con mucha luz blanca… solo veo esa silueta muy cerca de mí… me está tocando la frente justo ahora.
- ¿Y qué sientes mientras toca tu frente?
- Mucha calma… es como si estuviera relajando mi mente… me transmite mucha paz. [Este ser que la acompaña desde su llegada al plano astral es su Guía. Si al llegar ahí la persona aún está algo nerviosa, los Guías suelen tocarle la cabeza y enviar energía relajante para que puedan experimentar mejor este viaje].
- ¿Y qué hacéis ahora, después de que te haya mandado esta energía?
- Me está hablando… pero no con palabras, no te lo sé explicar. Me dice que todo está bien, que esté tranquila. Me calma mucho lo que me dice… Yo le estoy diciendo que me gustaría ver a mi marido, pero él solo sonríe y me repite que esté tranquila. Ahora veo mejor a este ser, ya no brilla tanto. Es un hombre muy mayor, con barba blanca… y lleva una especie de túnica larga… [Los Guías toman el aspecto con el que saben que nos vamos a sentir más cómodos. En esta ocasión, ha tomado esta forma de hombre mayor].
- Muy bien, haz caso a lo que dice. Estate ahí junto a él, tranquila.
- ¡Por allí viene mi marido! [comienza a llorar muy emocionada]. ¡Viene para acá!
- Perfecto Lucía… estate ahí dejando que él venga a su ritmo.
- ¡Ya está aquí! Nos estamos abrazando, está bien, está muy guapo, justo como era antes de la enfermedad… [Les doy un tiempo para que puedan estar abrazándose antes de comenzar a hablar].
- Muy bien, Lucía, deja ahora que tu marido pueda hablarte. No le preguntes nada por el momento, solo deja que él pueda expresar lo que quiere decirte.
- Me dice que está bien, está contento de que lo pueda estar viendo ahora. Dice que está siempre a mi lado, que está en casa conmigo y con nuestro hijo, que nos ve, que nos acompaña…
- Muy bien, perfecto Lucía. Continúa ahí, sin prisa, dejando que él te cuente.
- Me está diciendo que nuestro hijo puede verlo. Que por eso a veces se ríe él solo mientras mira a algún lugar donde yo no veo a nadie. Que se están riendo juntos, porque lo está viendo. [El hijo de Lucía tiene poco más de dos años. A esas edades, las personas todavía tienen la capacidad natural de ver el plano astral casi como si fuera el mundo físico].
También me está diciendo que me manda señales, pero que no me doy cuenta. Que cuando la luz de la cocina parpadea, es él intentado que yo note que está ahí… ¡pero yo esto no lo podía saber!…
Ahora me está explicando el sueño que tuve con él… sí… nos vimos de verdad en aquel sueño. Me insiste en que no era un sueño… que estuvimos juntos como lo estamos ahora, pero que ahí es un más difícil hablar.
- Muy bien. Deja que él te explique por qué era más difícil hablar en aquel contacto que tuvisteis mientras dormías que ahora.
- Me está mostrando una imagen… Yo estoy durmiendo en mi cama y encima de mi veo otro cuerpo mío como flotando [se refiere a su cuerpo astral], medio despierta y medio dormida, y alrededor de ese cuerpo hay como muchas cosas, como nubes grises, esferas… es como ruido, como si estuviera dentro de una especie de ciclón. Me explica que todo ese ciclón que me rodea son los pensamientos de la mente y mis emociones. Eso es lo que produce los sueños de la mente física. Entonces él, para poder hablar conmigo, me está mostrando que tiene que acercarse a ese ciclón y entrar en él o sacarme a mí un poco de ahí. Cuando hizo eso aquella vez, entonces nos conectamos y pudimos hablar, pero siempre rodeados por ese ruido mental… Ahora aquí nos podemos comunicar mejor porque no está ese ruido, al menos no con esa fuerza…
- ¿Y ha tratado de conectar contigo otras veces mientras dormías o solo lo hizo en aquella ocasión? ¿Qué te explica?
- Sí… lo ha intentado otras veces… pero no ha podido. Me dice que no siempre se puede… unas veces por ese ruido que me rodea y otras… otras por que no se puede, no me explica… Pero me insiste en que, aunque no siempre pueda hablar conmigo mientras duermo, él siempre está. Dice que algunas veces, cuando estoy acostada, me acaricia el brazo. ¡Yo he notado eso, pero creía que me estaba volviendo loca! Me está sonriendo… y dice que no estoy loca, que es él, que no lo dude.
- ¿Y cuando notas que te toca el brazo? ¿Mientras duermes?
- No, lo he notado cuando me estoy quedando dormida, justo antes de dormirme del todo. [Justo en ese momento de duerme-vela antes de quedarnos dormidos, estamos en un estado semi hipnótico llamado hipnagógico desde el que podemos sentir de un modo consciente el plano astral].
El marido de Lucía pudo explicarle con mucha claridad como se producen estos contactos y las interferencias que suelen darse. Efectivamente, nuestra mente física con sus pensamientos y emociones, interfiere en nuestra experiencia en el plano astral mientras dormimos, generando los sueños de la mente. Toda la carga emocional que tenemos acumulada nos está rodeando en esa especie de ciclón, y aunque muchas veces no imposibilita los contactos, sí les añade ruido.
Por ejemplo, es frecuente conectar con nuestros seres queridos mientras dormimos y que esta experiencia se mezcle con escenas o situaciones de la vida cotidiana. Un paciente me explicaba el contacto que había tenido con su hija desencarnada a través de un sueño de este modo:
“Yo estaba atendiendo a un cliente en la mesa de mi despacho. Ese hombre estaba muy enfadado porque yo había cometido un error en los cálculos… estaba hablándome con muy malos modos y yo me sentía muy nervioso. Entonces el hombre se levantó de la silla y salió del despacho, y al salir yo vi enfrente de mi a mi hija. Ella me estaba sonriendo, la veía feliz de verme. Y de repente yo me sentí igual de feliz que ella. Fui hacia ella y nos abrazamos. Me dijo que estaba bien, que no me preocupara por nada, que estaba cerca de su madre y de mí siempre… pero entonces volvió a entrar el cliente en el despacho gritando, mi hija desapareció y yo me desperté”.
Esta experiencia muestra perfectamente cómo puede producirse un contacto real dentro de un sueño de la mente. Este hombre se encontraba muy estresado en su trabajo ante un nuevo proyecto. Esas emociones y pensamientos (el ciclón del que hablaba el marido de Lucía) estaban presentes mientras dormía, generando un escenario y una situación mental, un sueño de la mente. Pero dentro de ese ciclón, su hija pudo entrar y conectar con él. De hecho, al despertar, este hombre diferenciaba perfectamente lo que había sentido en el despacho con el cliente de lo que sintió cuando apareció su hija. Explicaba que lo que experimentó con ella era completamente diferente al resto del sueño, era mucho más intenso y real que cualquier otra cosa.
También hay ocasiones en las que nuestros seres queridos desencarnados tienen la capacidad de generarnos todo un escenario en el plano astral. Esto hace que el contacto mientras dormimos sea aún más realista e impactante a nivel emocional. Al saber ellos lo que nos gusta, crean un lugar en el astral con todos los elementos que nos harán sentir cómodos o que tienen para nosotros un significado especial. Este es el caso de Núria, la cual cada vez que conecta en las sesiones con su hijo éste le recrea lugares especialmente importantes para ambos:
- [Joaquín]: ¿Dónde estás ahora?
- [Núria]: No veo nada. Está todo blanco a mi alrededor… son como nubes.
- Muy bien. Estate ahí tranquila y atenta a lo que vaya sucediendo.
- Está apareciendo el campo… es mi campo. Estoy viendo la casa, los árboles, el huerto… hace calor… Yo estoy sentada en el porche, es el lugar favorito de mi hijo, en un un banco de madera que construyó él. Estoy mirando las plantas… están preciosas. Siento mucha calma… Estoy mirando el camino que hay desde la la entrada de la finca hasta al porche… viene alguien, veo una silueta… y me dice «hola mamá». ¡Es mi hijo!.
En este fragmento podemos ver cómo el hijo de Núria recreó a la perfección un escenario físico en el plano astral durante la sesión de Darshanum, un lugar en el que ambos podían sentirse especialmente cómodos, lo que sin duda ayuda para que la comunicación entre ellos fluyera con más nitidez. Esto mismo le explicó que hacía las veces en las que había soñado con él. Recreaba lugares reales o imaginarios en los que poder transmitirle calma antes del contacto.
En la segunda parte de este artículo continuaremos hablando de las diferentes experiencias que nos suceden cada día mientras dormimos, centrándonos especialmente en la ayuda que desde el plano astral realizan algunas personas y en cómo hay situaciones en las que somos llevados a lugares especiales desde donde nos ayudan a regenerarnos y a sanar. Una vez publicada la última parte de este artículo, abriremos los comentarios para que puedas plantear tus dudas o compartir tus experiencias sobre este tema.
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