Creer para ver

La forma en que funciona el conocimiento de la Energía Universal es muy curiosa. Cuando hablas de esto con alguien que está en el momento de conocerla, la recibe perfectamente y de la noche a la mañana la hace suya, le ve el sentido a todo, se interesa, investiga. En cambio, la gente para la que no es el momento, rechazará la Energía Universal desde el primer momento, casi desde la primera palabra. Nuestros Guías siempre nos han dicho que cada uno de nosotros sabrá lo que tiene que saber en su momento adecuado, que no debemos forzar las cosas, por lo que si un amigo con el que hablamos sobre esto notamos que no es receptivo, que niega todo esto, debemos dejar el tema. No es su momento.

La psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross lo decía así en una de sus conferencias: “Aquellos que estén preparados, captarán lo que digo y me creerán. Y los que no lo estén, argumentarán con sutilezas del raciocinio y con pedanterías”

No es irracional creer en todo esto. Nosotros no nos estamos basando en nada extraño. Muy al contrario, todas y cada una de las investigaciones que aquí mostramos han sido realizadas por médicos, psiquiatras, abogados o psicólogos especialistas en este tema, que han dedicado gran parte de su vida a descubrir el esqueleto de la vida, incluso a costa de su reputación y su trabajo.

Es más, la grandeza de la Energía Universal es que nosotros mismos podemos comprobar si es cierto o no todo lo que aquí contamos. Puedes aprender a meditar y contactar con tu guía, puedes hacer una terapia de hipnosis regresiva y conocer tus vidas pasadas, puedes realizar viajes astrales… y todo esto puedes hacerlo solo, no necesitas cursos en ningún centro, ni asistir a conferencias carísimas, ni nada de nada. Tú, en tu casa, con un libro, un cedé o en el ordenador, puedes comprobar por ti mismo la Energía Universal. Sólo hay que tener presente una cosa: para ver, hace falta creer y querer.